Bután celebra a su nuevo príncipe plantando árboles
Casi nadie ha escuchado hablar del reino oriental de Bután (al menos no en Occidente), un pequeño país situado en el Himalaya. Sin embargo, el pasado febrero se convirtió en noticia debido al nacimiento de su nuevo príncipe, el primer hijo de sus majestades, el rey Jigme Keshar Namgyel Wangchuck y la reina Jetsun Pema, y heredero más reciente dentro de la dinastía Wangchuck. Un acontecimiento muy feliz para ambos y para el cual decidieron celebrar en grande, de una manera muy especial: plantando árboles.
En honor al pequeño, los reyes mandaron plantar 108,000 árboles en la montaña Kingdom, un pequeño lugar muy cercano a sus territorios. Este es sin duda un gran ejemplo para el resto del planeta. Sin embargo, tal hazaña necesito de la ayuda de miles de personas voluntarias, que se dieron cita en el lugar para celebrar la vida y reforestar el paisaje.
Como dato curioso, se sabe que Bután es el país más ecológico del planeta, pues sus emisiones de carbono son menores a las de cualquier otro. En su constitución quedó establecido que al menos un 60% de su extensión debía permanecer cubierta por áreas verdes y ahora, un 75% cumple con esa norma.
La plantación de estos árboles sin embargo, no tiene únicamente un significado ecológico. Es de destacar también el trasfondo espiritual que oculta, según los preceptos budistas. Y es que dentro de esta doctrina, un árbol es sinónimo de vida, que a su vez provee y nutre a otros seres en la tierra. Representa la longevidad, la belleza y la salud, además de la compasión.
Esta no es la primera vez que los butaneses se ponen a plantar árboles. El año pasado, 100 voluntarios de este país establecieron un nuevo récord Guinness al plantar más de 49,999 árboles en una hora. Algo que es impresionante, ¿verdad?