Energía Térmica

En artículos anteriores, te hemos hablado de varios tipos de energía, como la solar, la geotérmica o la eólica; las cuales indudablemente pueden representar una gran alternativa sostenible para el planeta en el futuro. Por esta ocasión le toca el turno a una menos conocida, pero que también cuenta con posibilidades muy interesantes para seguir facilitando la vida de los seres humanos (¿y por qué no? de otros seres vivos). Hablamos por supuesto de la energía térmica y sus usos. ¿Quieres averiguar cuáles son estos últimos y qué significa este concepto? Entonces acompañános a descubrirlo a continuación.

térmica

¿Qué es energía térmica?

Se le conoce como energía térmica a aquella que está contenida dentro de un sistema térmico que yace en equilibrio. La misma puede aumentar o reducirse en función de la transferencia; y llegar a presentarse en forma de calor o bien, de trabajo. Esto significa que este tipo de energía podría ser utilizada para impulsar ciertas tareas o bien, cumplir con trabajos de calefacción.

Se considera que la energía térmica se encuentra dentro de los recursos renovables del planeta y lo más importante de todo, es que tiene una gran posibilidad de desarrollarse para reemplazar a recursos no renovables de los que dependemos en la actualidad, como los combustibles fósiles y el petróleo.

Relación con la energía solar y la energía geotérmica

Cuando hablamos acerca de energía térmica, es inevitable el poderla relacionar con otros dos tipos, de los que anteriormente ya hemos hablado en Ecologiteca: la solar y la geotérmica. Y es que las tres comparten una característica muy importante, que es el calor.

Para obtener electricidad a partir de paneles solares o calefacción por medio de fuentes naturales, como geiséres o aguas termales; siempre estamos tratando con energía térmica. De la misma manera, todas estas clases de trabajo se pueden utilizar para cumplir con las mismas acciones; que hasta el momento se limitan al impulso de generadores eléctricos o calefactores.

En comparación con otros conceptos como las reacciones nucleares o la extracción de crudo, cualquiera de ellas resulta una alternativa más recomendable y que conlleva una cantidad de riesgos menor.

¿En dónde podemos observar energía térmica en acción?

Como ya hemos mencionado antes, cualquier sistema que utilice el calor para cumplir con una función, puede ser una perfecta muestra de este tipo de energía; que de hecho es uno de los que se encuentra más presentes en la vida cotidiana. Para que te des cuenta de ello, basta con que leas los ejemplos que mencionamos a continuación:

  • El radiador de un auto.
  • Una estufa tradicional.
  • Un encendedor para cigarrillos.
  • Un sistema de calefacción para invierno.
  • Un horno de microondas.
  • Un horno que funciona con gas.
  • Los paneles y calentadores solares.

Beneficios y usos de la energía térmica

Todo tipo de energía siempre puede aplicarse en función de satisfacer una o más necesidades. La térmica no es para nada una excepción y como prueba de ello, puedes echarle un vistazo a algunos de los trabajos en donde se desempeña con más frecuencia:

  • Calentamiento de agua. Es una labor cotidiana que no solo resulta útil al momento de bañarse, sino también para preparar bebidas calientes o en caso de que se requiera un poco de agua para aliviar ciertos dolores corporales.
  • Procesos de lavado y secado. Ya sea de ropa, de telas u otra clase de productos; esto es algo que incluso se desempeña como una gran ayuda en negocios como las tintorerías.
  • Calefacción. Esto influye en la cocción de alimentos, el resguardo de las construcciones en las temporadas más frías del año y por supuesto, el confort de las personas.

Ventajas y desventajas de la energía térmica

A pesar de encontrarse dentro de los recursos considerados como renovables y ser una opción energética, mucho más recomendable que las que aprovechamos mayoritariamente a día de hoy, la energía térmica dispone de algunas desventajas en las que es necesario ponerse a reflexionar. Y por supuesto, también tiene sus puntos positivos. Todos ellos son los siguientes:

Ventajas

  • Las centrales que trabajan con energía térmica son muy económicas en su construcción. De hecho esto es tanto así, que resultan más baratas que las nucleares o las que trabajan con recursos hidraúlicos por ejemplo. El costo por megavatio instalado en esta clase de plantas, sale mucho más rentable en comparación a todos los recursos energéticos que de ellas se pueden llegar a generar.
  • Puede valerse de recursos naturales antes mencionados. La luz del sol y las concentraciones de agua en ebullición, son dos maneras principales gracias a las cuales una central de energía térmica puede mantenerse en funcionamiento. En su interior, también puede trabajar con reacciones atómicas para generar calor e incluso valerse de dispositivos como motores térmicos.
  • Es mucho más perdurable en el tiempo que la energía fósil. Los fósiles, el carbón y el petróleo son un recurso que se puede llegar a terminar. El calor por otra parte, es un concepto que siempre puede ser generado de distintas formas. Sacar un mejor provecho de los recursos permanentes o renovables, es más indispensable que nunca a día de hoy.

Desventajas

  • Las emisiones de vapor y calor de una planta térmica, pueden alterar el clima local de un sitio. Esto es algo que terminará por afectar a la flora y fauna de dicha ubicación, además de que podría acabar por incrementar la temperatura ambiental. Esto representa un claro punto negativo para quienes pudieran habitar en los alrededores.
  • Los ecosistemas fluviales pueden terminar por sufrir alteraciones, debido al uso de líquidos calientes. De no practicar una medida como esta con cuidado dentro de las plantas térmicas, los organismos de esta clase de lugares pueden llegar a morir o bien, abandonar su hábitat en busca de la supervivencia en lugares con mejores condiciones para ellos.
  • Hay un riesgo de incrementar el efecto invernadero. Todos los procesos que se usan para generar calor, dejan residuos pesados en el ambiente, algo que sin duda es crucial para aumentar el calor en la atmosféra. Esto ya es un problema en la actualidad, que nos ha traído climas más extremos y el derretimiento de los polos del planeta.

La energía térmica y el dióxido de carbono

Es necesario mencionar que como muchas cosas, esta clase de energía también tiene un aspecto muy negativo. Y es que cada vez que se aprovecha el calor que la caracteriza, es imposible evitar las emisiones de dióxido de carbono a la atmosféra.

La necesidad de instalar centrales que puedan trabajar con procesos térmicos, sería un factor que aumentaría la producción de CO2. A pesar de que estamos hablando de un recurso renovable, como el agua o el sol; también nos referimos a uno que debería tratarse con bastante moderación al igual que la biomasa, para no efectuar más daños sobre la capa de ozono.

Si bien la energía térmica resulta una mejor alternativa que el carbón o el petróleo, no deja de ser opacada por otras opciones como la energía eólica o la hidraúlica, que resultan aún más limpias para proteger el ambiente.

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